sábado, 21 de enero de 2012

Cadete Autonómica: Rayo Vallecano 3-6 Atlético de Madrid

Fallos, goles y poco fútbol

Victoria rojiblanca en un partido caótico con más tantos que detalles de grandes jugadores

Sí el fin justifica los medios cuando un balón echa a rodar, sólo importa el resultado. Los nervios y la ansiedad surgen en las áreas, la imprecisión  y el caos del centro del campo. La goleada del cadete rojiblanco al franjirrojo le hace obtener la puntuación perfecta, 15 victorias en tantos partidos. Para conseguirlo en la Ciudad Deportiva ha tenido que acudir a su pegada más que a su técnica. Después de tomar ventaja por dos goles, el Rayo recortó distancias. A partir de entonces el partido se convirtió en un intercambio de golpes hasta que los colchoneros volvieron a castigar a los de Vallecas cada vez que se equivocaban. A la postre, el resultado fue más digno de un partido de tenis que de fútbol  y el juego también, 3-6.

La perfección y la victoria pueden ser tomadas como compañeras inseparables o enemigas eventuales. En el duelo entre rojiblancos y franjirrojos, el utilitarismo coartó el talento colectivo. El resultado y el resultadismo tuvieron la culpa. A los ocho minutos de juego el Atlético de Madrid ya había apisonado al Rayo Vallecano logrando dos goles de la nada. Con la pelota en posesión de los colchoneros y los de Vallecas ordenados hasta encontrar su momento. Primero, en el minuto cinco, desde la banda derecha el interior visitante Kevin sacaría un centro medido paralelo a la línea de gol para que Quique la empujase a media altura. Tres minutos después, desorientada la defensa franjirroja ve volar el balón hacia el segundo palo desde la esquina del campo.  Kevin la volvería a centrar, al primer toque, mientras los zagueros  vuelven a ver la vida pasar. Lucas no lo desaprovecharía y a quemarropa haría el segundo gol de su equipo. 

Con el partido "resuelto" se esperaban menos ataduras, terreno para florecer el talento. Pero el Rayo no se desmoronó aunque siguió sin lograr empalmar acciones de ataque con asiduidad. Mientras que en el Atlético de Madrid había físico y recorrido pero no un plan. Al final del primer acto, el gafe cambió de bando. Lucas, capitán rojiblanco, quiso  salir de la cueva con la pelota en conducción, Gabri le arrinconó hasta robarle el balón. Al "9" rayista no le tembló el pulso ni se aceleró al llegar a la puerta rival, la colocó tocada hacía la izquierda del portero para recortar distancias, 1-2.


Poco le duró la alegría al cadete vallecano. Al primer minuto del segundo tiempo volvían los fallos para los rayistas. De un despeje desde el área visitante, el balón llovió a los pies de Álvaro, central del Rayo, que quiso cederle la pelota a su portero pero no midió bien y se quedó corta. Robert, delantero rojiblanco, apareció para acechar y acabó marcando, 1-3.





Otra vez dos goles de ventaja para el líder. Se volvería a relajar sin hacer circular la redonda hasta minar al adversario. El Rayo no enloqueció. Y en el minuto cuarenta y cinco se volvió a encontrar una oportunidad en el camino. Gabri se apoderó de la pelota, en el balcón del área, se decidió por un pase al hueco que Adri definiría a gol. Cinco minutos más tarde, el propio Adri rompería el partido de un dribling por la banda izquierda centrando con el exterior de su pierna derecha para encontrar a Gabri que no fallaría a bocajarro, 3-3.

Sin embargo la oscuridad se volvió a apoderar del duelo. La defensa rayista erraría en la salida de balón. Y Fede, aún perseguido por sombras, llegó hasta la línea de fondo para asistir. Con la suerte de que Nico, para evitar el remate de un rival, se introduciría el esférico en su propia puerta, 3-4. Y tres minutos más tarde, desde el corner aterriza la pelota en el interior del área sin que nadie la controle más que Lucas. Se da la media vuelta y remata la victoria de su equipo, 3-5. 



Con los dos equipos aceptando su destino llegó el último gol al final del choque. Una falta desde la frontal botada por Dani Sánchez. Tensa y veloz se colaría por el centro de la portería y a media altura sin encontrar respuesta en el portero franjirrojo, 3-6.

Con este resultado, catorce puntos de diferencia entre el Atlético de Madrid y el Rayo Vallecano, el primero y el tercero de la categoría. Al final unos ganan y otros pierden, unos son felices y otros marchan tristes. Pero entre los protagonistas fallos, goles y poco fútbol.


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