sábado, 5 de noviembre de 2011

Jornada 9; Juvenil División De Honor. Rayo Vallecano 1 - 3 Atlético de Madrid

El maestro esgrima rojiblanco tumba al púgil franjirrojo

El Atlético de Madrid es líder en solitario al doblegar al Rayo Vallecano en su duelo por el primer puesto


Con el liderato como premio, Rayo Vallecano y Atlético de Madrid saltaban al "cuadrilátero" de juego. Después de un primer asalto de acometidas entre estilos contrapuestos, los rojiblancos con temple e iniciativa se adelantaron en el marcador. Los de Vallecas no perdieron su gancho ni su juego de pies y al comenzar el segundo ,y definitivo asalto, igualaron la contienda por su pegada. Un traspiés del cuadro franjirrojo dio ventaja al Atlético de Madrid y con el Rayo Vallecano ya sonado, por el cansancio de correr tras el balón de un lado a otro, le tumbaron sobre la lona encajando su tercer gol.

Los dos mejores equipos, a día de hoy, en el grupo quinto de la juvenil división de honor se enfrentaban cara a cara en la Ciudad Deportiva franjirroja. Como local, con calzón blanco y franja roja se situaba el Rayo Vallecano. Y como visitante, con traje azul, el Atlético de Madrid.  Desde que el balón echó a rodar el partido se convirtió en duelo.

En el tiempo de tanteo, el Atlético de Madrid tenía la iniciativa y el Rayo Vallecano la verticalidad. Los rojiblancos parecía tiradores, maestros de esgrima. Fluían por el campo de atrás hacía delante con el sable en posición, listos para hacer touché sobre la portería rival. Mientras que los rojiblancos eran púgiles en guardia, siempre protegidos y preparados para soltar su pegada en cuanto el rival bajase su vigilancia.

El estilo daba sus primeras ocasiones. El Rayo Vallecano, con los guantes puestos, soltaba ganchos en forma de contragolpes rematados por Ismael. Pero ninguno alcanzó al rival. Mientras que el Atlético de Madrid marchaba, triangulaba hacía delante, girando en torno a las ideas de Oliver, su número 10, para terminar por romper, desplazar hacía atrás, para centrar y buscar la cabeza de su delantero centro.

En el primer envite visitante Carlos, el portero local se hizo grande. Pero en el segundo, minuto 34, Oliver lanza a Maquillo, el lateral diestro la pone medida y Iah de cabeza se alza ,en el área pequeña, sobre Alberto para embocar la pelota en las mallas girando el cuello al contactar con el balón, 0-1.

El gol llegaba cuando habían perdido el rumbo los rojiblancos. Ordenados alrededor del balón, habían perdido su control. Pero cosas del destino, Oliver encontró el norte y descosió al rival de un pase en largo convertido en cambio de orientación.

Tras el descanso, el Rayo Vallecano aplicó linimento a sus golpes. Poco a poco fue encerrando en su esquina del terreno de juego al conjunto rojiblanco. Rubén encontró un hueco para lanzar su pegada y desde la banda izquierda asistió a Nanclares para que empujase el tanto del empate, 1-1.

En una disputa tan igualada, sólo un traspiés o una genialidad te dejan K.O. Oliver cogió los mandos y movió a su equipo a por la victoria. Pero un error del rival les acercó al triunfo. Una mala salida del portero provoca una vaselina que ya estaba dentro del cajón pero que Suso alcanza a despejar de chilena. Su despeje aterriza en el corazón del área dónde Iah empala para formar piña alrededor de un gol que significaba medio liderato.



Otra vez, los colchoneros encontraban acierto cuando el rival les embestía. Y a cinco minutos para el final, el tercer y definitivo golpe. Los rojiblancos andan rápidos y vivos para sacar rápido una falta. Borja atrapa el balón, encara y desde el interior del área afila el sable cruzando la pelota, palo y gol, ¡touché!

Este liderato, le da al Atlético de Madrid hechuras de equipo grande. Óscar Mena, el míster rojiblanco, se ha convertido en Kafka consiguiendo la metamorfosis de su equipo. Les ha convencido de lo que deben ser y tiene que hacer. Un equipo que presiona y corre. Con balón el destino de la redonda es para quién tiene el talento, Oliver.

El Rayo Vallecano, sufre su primera derrota. Pierde el liderato. Se desinfla su inercia positiva. Para recuperar sus valores, pueden escuchar o leer a Bielsa "La derrota, deforma y engaña; el fracaso, te forma" o a Guardiola "lo que te hace crecer es la derrota, el error; tanta victoria  siempre te relaja".


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