Club: C.D Leganés
Categoría: Juvenil División de Honor
Demarcación: Centrales
Edad: Juveniles de tercer año
El juvenil blanquiazul volvió a sumar ante un grande, en juevenil división de honor. El sábado en el Anexo de Butarque mostraron su fe y sacrificio. Saber sufrir, es la locución que explica el afán de este equipo. Después de empezar perdiendo, en el minuto tres, no besaron la lona. Todo lo contrario siguieron centrados, cumpliendo cada uno sus labores.
Los equipos tiene su cerebro en el centro del campo, sus pulmones en las a las, sus pies en la punta de ataque, sus manos en la portería y su corazón en la defensa. Nogueira y Juan Carlos, formaron pareja de centrales. Como dos columnas corintias estuvieron colocados de forma majestuosa. Y cuando los delanteros blancos agitaban sus alas para volar entre las líneas rivales, los zagueros pepineros actuaron como cazamoscas, ágil y eficaz.
Iván Sáez, galones de fábrica
Club: Real Madrid
Categoría: Juvenil División de Honor
Demarcación: Central
Edad: Juvenil de primer año
Quizás no sea el mejor momento para destacar a ningún jugador de la plantilla de juvenil división de honor del Real Madrid. Son cuartos, a ocho puntos del primero, cada vez más lejos de revalidar título, sólo cuatro victorias en ocho partidos. No es lo más normal que un equipo de la cantera del Real Madrid crezca en la derrota. La presión y la ansiedad se empieza a notar. El talento se coarta y los conceptos en vez de comprender se memorizan. Y cuando no sale lo entrenado, se opta por la vía rápida. El fútbol directo, alejando los riesgos que no puedan dar ventajas instantáneas.
En momentos difíciles también aparecen los líderes. Recién llegado del pre-europeo sub-17 Iván Sáez volvía al eje defensivo de su equipo. De la tranquilidad de la victoria al miedo del fracaso. El central madrileño no ha cambiado su forma de jugar. Mantiene su voz de mando con el balón a sus pies, con su coberturas al corte y sus vuelo en los balones aéreos.
Ahora, ninguno destaca en la sombra de la derrota. El afán de superación puede hacer crecer a cualquier futbolista, sí se lo toma como un reto. Iván Sáez lo ha comprendido así. Siente como suyo el mal momento de su equipo. Lo protege en defensa y en el compás del último minuto, su ambición llama a su alma para que conduzca la pelota hasta el área contraria para alcanzar la gloria, jornada a jornada.
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