Sobre la bocina
Importante victoria del Leganés en la Ciudad
Deportiva del Rayo Vallecano anotando Raúl un gol de penalti en el minuto 90
Como en el baloncesto pero sin canastas. Partido jugado en
cuartos donde el dominio pasó de mano en mano, sin tregua, transiciones de una
portería a otra. Después de varias ocasiones fallidas por un equipo y otro, un
parada de Jordan, el portero rayista y el pecho de Cañón salvaguardando la jaula
pepinera, el árbitro pitó por manos dentro del área una pena máxima que Raúl convirtió
a gol como un tiro libre en el último suspiro.
Duelo intenso en ritmo, toque y orden entre Rayo Vallecano y
Leganés. Mucho en juego para noventa minutos. Los franjirrojos sumar su cuarta
victoria consecutiva y aspirar a la Copa del Rey, los blanquiazules no
sumergirse en el pozo de la lucha por el descenso. Ambos equipos asimilaron la
presión con actitud y amperios. Un eléctrico duelo que sacó lo mejor del equipo
visitante que por momentos se resguardó y en otros ensambló calidad e ímpetu con alguna que otra bella triangulación.
Los primeros compases no tuvieron director de orquesta. La
iniciativa podía ser de la franja roja pero el descaro pepinero. Es más, la
mayor parte de las ocasiones eran del “Lega” que en pocos segundos y en menos
de tres pases respondían como un resorte, robo, pase y llegada. Sin embargo, se
encontraron con un gran partido de Mendy y Felipe, solventes al corte y
concentrados en el juego. Ni Guille ni Botana ni Raúl, que entró a los ocho
minutos en sustitución de Paniagua, remataban aunque generaban muchas dudas actuando
con sigilo entre líneas.
Poco a poco el Rayo Vallecano fue cogiendo el ritmo al
partido, Iu comenzó a tomar protagonismo y la pelota fue avanzando hacía
tierras pepineras. En las únicas dos ocasiones que robaron el balón en campo
rival, hicieron volar el cuero hasta la portería adversaria. Manquillo tuvo la
más clara, a pase de Dalmau, pero su tiro tras armar su pierna diestra la
sacó de una estirada Robert, el portero del Leganés, de la mismísima escuadra.
En el segundo acto, según pasaban los minutos el terreno de
juego parecía el tapete de una partida de poker. En cada mano, en cada jugada
de gol, una gran ciega, ganar o perder. All in por los tres puntos.
Cuando el Leganés combinaba, el Rayo subsistía del uno
contra uno, y viceversa. En el minuto sesenta y siete al conjunto blanquiazul le
anulaban un gol por un fuera de juego bastante dudoso en un centro frontal de
Alex a Guille, a partir de entonces se rompió la baraja. Al minuto, Gonzalo respondió para el Rayo Vallecano
obligando a Roberto a detener su tiro en dos tiempos.
Posteriormente, El Rayo Vallecano encontró su momento, doble
ocasión para haber sentenciado pero dejó pasar el tren. Blati puso un centro
del gol a Santi que convirtió en asistencia primero para que Manquillo picase
de cabeza dirección a meta pero Cañón la salvaba bajo palos y en el rechace
Dani Martín tenía el mismo objetivo y se volvió a encontrar con el zaguero pepinero como salvador. A renglón
seguido un pase – vaselina de Iu Ranera terminó en un rechace, que pudo señalarse
como penalti por manos en la incomunicación entre dos defensores del “Lega” a Dani Martín
le llegó el balón a los pies y tras elevar la pelota, la defensa pepinera
volvió a salvar in extremis.
El Leganés con mentalidad y calidad salvó el chaparrón.
Momentos antes había sido él quien tocaba con ritmo y precisión. Darío, durante
todo el partido estuvo de carnaval. Según las circunstancias así jugaba. De
smooking para asistir, de torero para recortar y tirar algún taconazo y de
mecánico si hacía falta correr para apretar alguna bujía en el mediocampo. Al
final del partido pudo asistir a Botana, un centro medido a su cabeza que sólo
Jordan evitó que fuera gol desviando a corner.
En el minuto noventa volvió a ser protagonista rematando el
preludio del penalti. Todo nació de un fallo de comunicación entre Jordan y
Mendy, el portero pidió la pelota, el central la despejo sin fuste y entre
medias un centro raso a Darío que se encontró frente al balón, lo golpeó pero
llegó Felipe, central rayista para obstruir aunque el esférico chocó en su
mano. Raúl no desaprovechó la pena máxima para jurar justicia divina, lanzó al
medio, Jordan tocó el balón pero no lo paró, la suerte que le había faltado durante
toda la temporada al juvenil del “Lega” llegó desde los once metros. Recompensa
para un equipo trabajado y constante, con más calidad y recursos de los puntos
que dictan en la tabla clasificatoria.
El Rayo Vallecano fue un funambulista sobre la cuerda. Vivió
con vértigo todo el partido. Necesitado de su habilidad para llegar al final de
la cuerda, falló sus ocasiones de gol y fue castigado al final con un penalti
bien pitado. Aunque bien es cierto que antes le pudieron señalar otro igual a
su favor y en el descuento otro más cuando Manquillo fue derribado, si entendemos el empujón como suficiente motivo, en el interior del área y el árbitro lo señaló fuera.
Precioso duelo de fútbol juvenil, entrega y técnica en las
misma dosis. Transiciones de ataque y defensa y triangulaciones a la velocidad
de la luz. Faltó algo más de remate y ocasiones para que el partido tuviese
tanto espectáculo como intriga. Con esta victoria el Leganés respira hondo y
coge fuerzas de aquí al final de temporada y el Rayo Vallecano, cayó antes de
tiempo, no se puede permitir más fallos si quiere lograr la heroica de meterse
en Copa del Rey como uno de los dos mejores terceros.
Rayo Vallecano: Jordan; Parra (A) ; Felipe (A), Mendy,
Cristian; Pina; Nanclares (Blati 69´), Iu (Ángel 88´); Manquillo, Dalmau (Santi
57´) y Gonzalo (Dani Martín 69´)
Ent: Diego Montoya
C.D Leganés: Roberto; Rubio (Johny 80´), Maroto, Alex,
Cañón; Jaime, Darío, Guillermo (Loren 77´), Muñoz (Borja 84´), Paniagua (Raúl 8´);
y Botana.
Ent: Manolo Rodríguez
Goles:
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