Los Boys Scouts del 26/2/2012

Sergio Benito, un "7" de Fábrica


Club: Real Madrid
Categoría: Infantil División de Honor Grupo 2
Demarcación: Delantero
Edad: Infantil de primer año

Menudo, ágil, intuitivo y competitivo. Existe una estirpe de delanteros para quiénes  el frente de ataque no tiene cuadrícula. Juegan con libertad, sólo son esclavos del movimiento de la pelota. Buscan la redonda y la encuentran. Se esconden del rival y aparecen para asustar. De técnica óptima, físico por hacer, cualidades innatas y el coraje escrito a fuego. Sergio Benito mueve su cuerpo antes de que sucedan las jugadas con el músculo más veloz, el cerebro. 

Dani Merino, una silueta con reflejos

Club: Real Madrid
Categoría: Infantil División de Honor Grupo 2
Demarcación: Portero
 Edad: Infantil de Primer año

El más grande de su equipo, se aposenta bajo los palos. Un año menor (igual que sus compañeros) que el resto de la categoría, él ya está formado. No por su envergadura iba a ser mejor. Agiganta su figura cuando se acerca un rival, vuela y atrapa por virtud.  Ante el Getafe, la pasada jornada, demostró su progresión. Siempre eficiente, no usa efectos especiales. Colocación y determinación. Arraigado al tapiz espera y despega sus pies del suelo para estirar su largo cuerpo. Reflejos para salvar a su equipo y convicción para blocar.

Andrés, libélula azul

Club: Getafe C.F
Categoría: Infantil División de Honor Grupo 2
Demarcación: Delantero
Edad: Infantil de Segundo año

Depredador de cuerpo aparentemente frágil, piernas delgadas y estiradas. Como el insecto, observa en 360º para hacerse notar a través del desmarque. Su territorio es el área y sus alrededor, una ciénaga para marcar goles.

Adrían Díaz, corazón y pulmones 

Club: Rayo Vallecano
Categoría: Juvenil División de Honor grupo 5
Demarcación: Mediocentro / Lateral derecho
Edad: Juvenil de 3er año

Queroseno en sus gemelos y mucha fe en su juego. Las dudas que pueda tener, las resuelve con entrega y alma. Confía en llegar a todas, en robar cuando presiona y en no fallar con la pelota en sus pies. Puede errar pero nunca lo deja de intentar. Cada metro que recorre sobre el campo es para su mejora personal. Como lateral, quiere ser como un candado para los extremos. Como mediocentro, pegamento para el talento. Él roba, otros juegan. Él acecha, el rival escucha su aliento y desespera.