Club: Rayo Vallecano
Categoría: Juvenil División de Honor
Demarcación: Delantero / Extremo Derecho
Edad: Juvenil de segundo año
Ha pasado una vuelta entera de campeonato en División de Honor y este futbolista va dando muestras de su calidad. Su apellido le cobija. Su hermano, Javier Manquillo, juega de lateral derecho en el juvenil del Atlético de Madrid y la semana pasada debutó con el primer equipo en el Carlos Belmonte para disputar la Copa del Rey. Tanto uno como otro compartieron vivencias en la casa blanca, jugando para el Real Madrid, hasta que a Víctor le dijeron adiós. Ambos se marcharon y como pacto de sangre acordaron que cada uno sembraría su camino.
Mientras Javi subía como la espuma por la banda del Cerro del Espino y su nombre sonaba en todas las gradas del fútbol español, Víctor marcaba en silencio vestido con la franja roja. El comienzo de la temporada era halagüeño para él, al jugar en el primer juvenil franjirrojo. El delantero le ponía calidad pero no arrebato. Se le veía con hechuras de futbolista pero no con personalidad de crack. Mientras sus padres le decían "haz caso al entrenador", él seguía jugando. Pero algo parece haber cambiado esta semana en el Rayo Vallecano juvenil. Dos remontadas, ante el Numancia y el Real Valladolid, dan credibilidad al estilo del equipo y algunos jugadores convencen por su actitud, comienzan a alumbrar con goles, pases y talento. Uno de ellos fue Víctor Manquillo. Al minuto de partido, de un chut con su pie derecho, conocía la alegría que da llevar el balón a las mallas. En el segundo tiempo lideraba la remontada de un control orientado que le daba cuerda para conducir en diagonal desde la banda hasta el centro para asistir a Rubén en el gol del empate. Y más tarde al participar en el contragolpe que rubricó el tanto definitivo, marcado por Ismael. Quizás abuso en exceso del regate y el encare, a veces perdió la posesión de la pelota por no mirar a su alrededor. Pero siempre jugó con el afán de sumar su ambición a la del equipo y al final su desparpajo multiplicó la creatividad franjirroja para ganar el partido.
Ruba, la astucia del extremo
Club: Real Valladolid
Categoría: Juvenil División de Honor
Demarcación: Extremo Derecho
El "7" pucelano es de esos jugadores de banda en peligro de extinción. Encuentra su hábitat pegado a la línea blanca que marca el fin del rectángulo de juego. Como los caramelos Peta Zeta en boca de quién lo ingiere, Ruba explota frente a su marcador para saborear el gusto de una buena jugada. Encara, finta y regatea para ver con el rabillo del ojo a sus rivales. Tácticamente lleva el juego a una lucha psicológica dónde para él la mejor defensa es buen ataque. Cogerle la espalda al lateral, es la única forma de mantener al defensor lejos de la influencia en el juego. Y sí no acepta el duelo, atente a las consecuencia. Con el balón en los pies no es sólo una dinamo de muchas revoluciones por minuto también sabe frenar y pisar el embrague para cambiar de marcha y maniobrar si se requiere para bordear obstáculos hasta llegar a portería.
Ismael, mediapunta o delantero
Club: Rayo Vallecano
Categoría: Juvenil División de Honor
Demarcación: Delantero
Edad: Juvenil de tercer año
El atacante franjirrojo empezó dubitativo la temporada. No sabía como marcar la diferencia. Si bajar entrelíneas, correr al espacio libre o anclarse en la zona de remate. Después de releer en su memoria lo que se le proponía comenzó a dejarse llevar por el campo y encontró respuestas. Quizás tras marcar el gol de la victoria ante los pucelanos cerró un capítulo. Ahora según discurre la jugada decide sus movimientos, da igual si se disfraza de mediapunta o viste de delantero centro, piensa y actúa en consecuencia. Entre la claridad de ideas y la velocidad de pensamiento ha abierto su mente a otra dimensión, el fútbol como tablero de ajedrez dónde sus movimientos pueden dar lugar al jaque mate.
Marcos, un juvenil muy maduro
Club: Real Valladolid
Categoría: Juvenil División de Honor
Demarcación: Lateral izquierdo / Centrocampista
Con el pelo rapado y el cuerpo ya formado se muestra pegajoso en la marca, con la anticipación como tarea. Con sus esfuerzos lidera al equipo y le anima en cualquier circunstancia. Entiende el fútbol con un deporte de equipo dónde se suman responsabilidades para ayudar al compañero hasta multiplicar atributos que den lugar a un buen resultado. Listo, concentrado y pillo busca estar mejor colocado que su rival.
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